Desde niño, mi equipo ha sido Brasil, y por ende, siempre he seguido muy de cerca a sus estrellas, en un lejano 1996, más lejos aun en mi memoria, recuerdo detalles del que sería mi jugador favorito, esas fintas, esos goles, esa forma que sólo él tenía de jugar y marcar goles. Rompió records en el Barcelona en esos tiempos, simplemente nos deleitamos de su gran talento, lamentablemente mi memoria no da para más y solo recuerdo algunos pasajes y por ende emociones. Lo perdí de vista en 1997, cuando se fue para el Inter de Milán, pero todo esto se vería recompensado con la Copa del Mundo de Francia 98.
Ronaldo en Francia 98. Crack.
Como todo niño aficionado al fútbol, la Copa del Mundo nos ofrece un portal para soñar, ver a nuestros equipos favoritos jugar a este deporte que nos gusta tanto y por ende, a admirar a aquellos jugadores que destacan sobre los demás. En mi caso es Ronaldo, ese mundial fue mágico, ya que es el primero que recuerdo con todo detalle, y por ende, recuerdo esa habilidad única del Fenómeno a la hora de llevar el balón al área rival. Ese mítico gol que le mercaría a Holanda en Semi-Finales me llevaría a un estado de felicidad único, ya que gracias a ese gol Brasil estaba más cerca de la final de ese año. Claro está una semana después me llevaría una gran decepción al ver cómo mi equipo y jugador favorito caían tres goles por cero.
Hizo unas grandes temporadas en el Inter de Milan.
Luego vendrían los tiempos difíciles, sufre una grave lesión en el 2000 la cual lo apartó de los terrenos de juegos casi por dos años; historia vieja. Llega el Mundial de Corea-Japón 2002, marcado por la falta de Ronaldo en la eliminatoria, con un Brasil que casi se queda sin cupo para esta cita mundialista. Pero al final del día, Brasil seguía siendo mi equipo y mi fe depositada en Ronaldo me hacía creer que mi equipo se podría alzar con la Copa del Mundo de aquel año. Y resulta que estuve en lo correcto, como un Ave Fénix volvía el Fenómeno, marcando goles en casi todos los partidos de es Copa del Mundo. Jugando una final soberbia y demostrando porqué es el mejor delantero de todos los tiempos. La felicidad de ver a mi equipo ganando una Copa no tiene precio y más aún si es con mi jugador favorito, ya Francia 98 quedaba lejos y Brasil, junto con Ronaldo se coronaban campeones ese año.
Renació como el Ave Fénix en el Mundial de Corea-Japón 2002.
Al finalizar esa Copa, se rumoró tanto con el fichaje de Ronaldo por el equipo de mis amores, el Real Madrid, y así termino siendo. Recuerdo ese día de su debut, primer balón que toca, primer gol que hace con la camiseta Madridista, empezaba una época dulce, una época que quedará marcada en el Madridismo como la época de los Galácticos, ese equipo llevaba a soñar, a creer que lo imposible era posible, deba gusto ver a todas esas estrellas jugar en una sola cancha, y por supuesto, Al Fenómeno brillar. También recuerdo esa Copa Intercontinental cuándo Ronaldo marcó ante el Olimpia. Pero si hubo un momento dulce en esta época, fue el legendario Hat Trick que marcaría en el Teatro de los Sueños, la casa del Manchester United, que hacía soñar al Madridismo con la décima.
Llegó al Real Madrid y ganó la Copa Intercontinental.
Todo lo que sigue es historia ya, el Real Madrid Galáctico no alcanzó más títulos, cayó en picado y al final como en todo club, nadie es imprescindible. En el 2006 Ronaldo rompió el legendario record del torpedo Muller y se coronó como el máximo goleador en la historia de los mundiales. En 2007 fue traspasado al Milan Italiano y allí sufrió otra lesión grave, la misma que hace siete años pero en la otra pierna, más esto no lo detuvo ya que siguió su carrera en el Corinthians Brasileño en dónde alzó una Copa de Brasil.
Aún en el ocaso de su carrera disfrutó en el Milan.
En lo personal me quedo con todos aquellos momentos felices que tuve viendo a Ronaldo jugar, esas alegrías de un niño feliz que ve cómo su equipo va a lo más alto del mundo, llevado de la mano de su jugador favorito. Y no he visto a nadie, ningún delantero que se le haga sombra, ya que la calidad del Fenómeno es única en su clase, un talento que marcó a toda una generación.
Se nos despide el mejor delantero de todos los tiempos, el mejor número nueve, no hay nadie que se le iguale tanto en calidad, regate, goles; es una despedida dura en lo personal que nos demuestra que somos humanos y que el tiempo nos pesa, pero si hay una enseñanza que nos deja Ronaldo es la de superar las adversidades, esas lesiones no lo pararon en su momento siguió haciendo lo que más le gusta que es jugar al fútbol.
Gracias Ronaldo, gracias por todos esos momentos de felicidad e ilusión que me hiciste pasar, no hay un delantero mejor que tú; estarás en la historia por mucho tiempo como el máximo goleador de la historia de los mundiales.
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